Economistas del ITESO, la UP y la UdeG, citaron el fomento del mercado nacional y el acercamiento a otros países como alternativas para hacer frente al proteccionismo del presidente de Estados Unidos.

La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos obliga a México a replantearse su participación en varios temas, no solo en materia económica, sino también en los ámbitos político, social y humanitario.

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Para entender a profundidad el impacto que puede tener la presidencia de Trump en el país, la Escuela de Negocios ITESO organizó el debate “El efecto Trump en la economía mexicana”, en el cual participaron Ignacio Román y Sergio Negrete, profesores de esta Casa de estudios; Nora Ampudia, de la Universidad Panamericana, y Enrique Cuevas, de la Universidad de Guadalajara.

¿Cuáles son los efectos reales?

Las decisiones de inversión en México se detienen por el nerviosismo ante una crisis, lo cual se refleja en la volatilidad del tipo de cambio y su impacto en los precios de bienes y servicios.

Las decisiones de inversión se posponen, concretamente en la industria automotriz. Recientemente, Ford Motor Company detuvo la inversión de mil 600 millones de dólares en la planta de San Luis Potosí y Fiat Chrysler considera la posibilidad de, en 2019 o 2020, dejar de producir vehículos en México.

“La gran importancia no está en los empleos que genera; la inversión de Ford habría implicado un costo por empleo generado de 600 mil dólares. En otras palabras, eso no es política de generación de empleo. El gran impacto es en términos de disponibilidad de divisas para mantener estabilidad en las relaciones económicas de México con el exterior”, afirmó Román.

Los impactos político y social también resultan evidentes, tal como ocurre con la iniciativa de Trump de levantar un muro a lo largo de la frontera, lo que ha traído rispidez en las relaciones diplomáticas [Enrique Peña Nieto canceló su visita a Washington), así como tensiones que empoderan a grupos intolerantes y desatan movilizaciones sociales.

“Desde la llegada de Trump hemos visto muchos grupos sociales de mujeres que, ante un personaje misógino, amenazante y totalmente antipopular, se manifestaron en su contra”, comentó Cuevas, en relación con las marchas de mujeres en varias ciudades de Estados Unidos y otros países.

Dejar de ver tanto al vecino del norte y ampliar nuestros destinos de exportación fue una sugerencia de los economistas ante las políticas de Trump

La crisis humanitaria internacional que podría desatar Trump se puede anticipar en sus declaraciones.

“Creo absolutamente que funcionan”, dijo Trump cuando le preguntaron qué pensaba de la aplicación de torturas en interrogatorios; también está a favor de la eliminación de fondos para organizaciones internacionales que suministran atención médica a mujeres de países en vías de desarrollo.

“El que México vaya a jugar como el que hace el trabajo sucio de detener a los migrantes centroamericanos, caribeños, de Medio Oriente, de África subsahariana puede implicar el recrudecimiento de una política brutalmente represiva contra las personas que están huyendo de la miseria, la guerra y mil problemas más. Es un momento clave para la defensa de los derechos humanos”, afirmó Román.

¿Todo es culpa de Trump?

El economista invitó a analizar cuál es la responsabilidad de México ante este panorama, ya que hace años el país arrastraba problemas crecientes de ruptura macroeconómica. “[Trump] es el enemigo maravilloso para decir que todos los problemas vienen de fuera”.

“México agotó una gran parte de su capacidad de producción y sobre todo de refinación petrolera en un periodo de liberalización económica completamente irresponsable durante décadas, particularmente en los gobiernos de [Vicente] Fox, [Felipe] Calderón y la reforma energética de Peña Nieto”, afirmó el investigador.

“Trump nos hace vernos en el espejo, para lo bueno y para lo malo”, reflexionó Sergio Negrete. “Para lo bueno, escogimos el camino correcto del comercio, la apertura de la inversión extranjera, la liberalización de nuestra economía;  esto nos obligará a diversificar mercados”.

El proteccionismo no es la respuesta, afirmó la académica de la UP, ni tampoco lo es cerrarse a las inversiones extranjeras.

“No hay que olvidar que el proteccionismo originó las dos guerras mundiales. Siempre comerciamos con otros países, no hay, ni lo puede haber, ciudad, estado ni país autónomo”. Foto Roberto Ornelas