Comprender y sentir la arquitectura o la planeación urbana a través del filtro de una cámara de cine o fotográfica, es la apuesta pedagógica que expuso el británico Mark Tewdwr-Jones, uno de los invitados a la Cátedra Unesco-ITESO.

 Lo hicieron brillantemente Woody Allen, Alfred Hitchcock, Federico Fellini o Wim Wenders. Estos y muchos otros directores, incluidos algunos de los que citaría el conferencista, se dieron cuenta en algunos de sus filmes que las combinaciones cine/arquitectura y cine/ciudad crearían potentes relatos del mundo y sus habitantes, del bien y el mal, de las aspiraciones de una heroína o la caída de un villano.

El espectador ve al personaje rodeado de rascacielos y taxis amarillos y sabe que está en Nueva York; capta un autobús rojo de dos pisos y el Big Ben de fondo y reconoce que la historia se desarrolla en Londres; planea como si fuera un ángel sobre las calles de Berlín y percibe que esa ciudad ha sufrido; acompaña a la bella protagonista a un lado del Sena y percibe que el romance se acerca…

Así de evocativos pueden ser los imaginarios creados por el cine alrededor de la manera en que las personas habitan el espacio, las ciudades, las plazas y las calles, y los expertos de la arquitectura, la planeación y las políticas urbanísticas, deben saber sacarle provecho al momento de entenderla, analizarla, enseñarla y, sobre todo, sentirla.

Esto fue lo que sostuvo el conferencista Mark Tewdwr-Jones, especialista en planeación urbana de la Universidad de Newcastle, el martes 27 de agosto en el Auditorio A, quien como invitado a la Cátedra Unesco-ITESO (celebrada en el campus los días 29 y 30 de agosto), abordó la narrativa cinematográfica de las ciudades en una de las conferencias magistrales que dictó en el campus.

“Tenemos que observar cuál es el punto del vista del ciudadano, más que el del experto o el del constructor. ¿Cómo han cambiado las ciudades, cómo vemos esos cambios, qué genera el cine en nosotros al mirar estos lugares, fácilmente reconocibles para el público que se involucra con formas y espacios que puede reconocer?”, se preguntó Tewdwr-Jones, quien mostró su fascinación por los esfuerzos que hacen miles, millones de personas, para acudir a los sitios que aprendió a venerar a través del cine.

httpv://www.youtube.com/watch?v=LGSWlRGq2MM

Fanáticos del celuloide y el concreto

Este miembro de la Unidad de Investigación Urbana de su universidad, quien por vez primera pisaba América Latina, citó el caso de la cinta británica Get Carter, en la que Michael Caine se deshace de un rival al tirarlo desde lo alto de un estacionamiento que fue un rotundo fracaso urbanístico e incluso ya fue derribado, en Newcastle. Hoy hay todo un culto en torno a la película e incluso se organizan tours para cinéfilos, tal como los hay con el Nueva York de El Padrino, el París de Amélie, la Roma de La Dolce Vita o la capital catalana de Vicky, Cristina, Barcelona.

Apoyándose en citas de urbanistas y literatos (proyectó por igual a Sandercock y a Calvino), Tewdwr-Jones enumeró algunas de las películas que le resultan interesantes a la hora de ver la unión de estos dos mundos, entre ellas Playtime, de Jacques Tati, Of time and the city, de Terence Davies o Robinson in space, de Patrick Keiller, exarquitecto convertido en cineasta.

“La cámara provee una interpretación holística de las intervenciones urbanísticas y el cambio que fluye”, aseveró el experto, a quien la capacidad del séptimo arte de mirar el presente, el pasado y el futuro de las ciudades –aunque a veces idealice, manipule o banalice– lo ha convencido de su enorme utilidad en las aulas y en los despachos gubernamentales y académicos donde se decide, muchas veces sin escuchar a los ciudadanos, en qué lugar queremos vivir. Texto Enrique González Foto Archivo